No "te quiero"

13.11.2017

Mis ojos pasean sedientos por las calles en las que es posible que estés, y con la esperanza a flor de piel rebusco entre las baldosas, a paso lento, por si perdiera la imagen de tus cuerdas vocales al pasar. Tu ausencia me ha mostrado la razón por la cual crear mi historia como si de una tragedia griega se tratase, que el mundo recibirá algún día a su merced, cuando yo la escupa.

Deseo volver a escuchar tu lamento de cuervo asustado como la última vez, aquella en la que pensé que eras otra persona, contándote lagrimosa como me erizas la piel y el alma al verme a cabezazos con esos ojos color tierra. En ocasiones me autodenomino poeta, y sucede cuando te quiero como a mi problema.

Son tantas semanas recordando tus palabras que no sé si las he olvidado. Dudo si me prefieres sin bragas o en sonrisa, y mis labios callan a gritos tus lametazos y tus dedos clavando con ternura las uñas en mi espalda. Sabiendo de unos cuantos que desearían follarme el culo, y pienso en ti. Creo que te quiero. O sea. Te quiero cerca, no que "te quiero". Te quiero encima. Te quiero entre las piernas, comiéndome entera. Te quiero hablándome, pero no te quiero. Te quiero ver, otra vez, de la misma forma que te invento entre las sábanas. O en un banco del parque. No te quiero, lo que es "te quiero". Te quiero para descolocarte a besos, y a versos. Te quiero como escribe Neruda, y como escribe Machado, pero más como Bukowski o Bécquer. Te quiero tanto como a Manrique en Rayo de Luna. Te quiero hasta dónde yo quiera quererte. Y tú no tienes nada que decir, aunque pienses que sí... por eso no te quiero


Para almas inquietas e insumisas,

Daina

© 2017 Andrea Ambatlle. Todos los derechos reservados.
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